martes, 30 de junio de 2015

Definir y normar sobre la violencia obstétrica, otra asignatura pendiente


 La violencia obstétrica es una violación a los derechos humanos. Consiste en el maltrato que sufren las mujeres embarazadas al ser juzgadas atemorizadas, vejadas y lastimadas física y emocionalmente; también incluye el no ser respetadas en sus decisiones. Existen dos tipos de violencia obstétrica: física y psicológica. La psicológica se refiere a un trato grosero y discriminatorio cuando las mujeres requieren atención. La física va desde el suministro de medicamentos que el estado de salud de la mujer no requiere hasta las cesáreas innecesarias, las esterilizaciones forzadas,  inducción del parto con oxitocina y rasurado de pubis (tricotomía), entre otras cosas.
Este tipo de violencia la viven miles de mujeres todos los días. Éstas son víctimas de la falta de respeto de los médicos y las enfermeras que atienden el proceso del embarazo y el parto. Haciendo que la experiencia de la maternidad sea todo un calvario.
El promedio de cesáreas en México rebasa lo recomendado por la Secretaría de Salud. Esto se debe a que muchas veces las mujeres se ven obligadas a aceptar una cesárea sin ser necesario, lo anterior porque para el médico representa una ganancia monetaria mayor. 
Algunos estados de la república han optado por tipificar la violencia obstétrica en sus códigos penales sin embargo esto no garantiza la disminución del hecho. Si a esto le sumamos la falta de equipos y materiales en las instituciones de salud, así como el poco abastecimiento de medicamentos y métodos anticonceptivos, la situación para las mujeres se complica.
Por ello hay propuestas en el sentido de identificar legislativamente este tipo de violencia en la Ley para el Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y en la Ley para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, lo cual redundaría en políticas públicas preventivas.
Las consecuencias de la violencia obstétrica puede ir desde incomodidades al momento de las revisiones del embarazo y el parto hasta la mala realización de algunos procedimientos quirúrgicos que derivan en la perforación de algún órgano o bien que imposibilitan a la mujer a volver a ser madres.
En los últimos años la violencia obstétrica se ha hecho un poco más visible permitiendo que algunas mujeres identifiquen cuando están siendo violentadas y, en su caso, denuncien. Campañas informativas como Nosotras #QueremosSaber (Odesyr) se suman al esfuerzo  por la visibilización y disminución de este tipo de violencia.
En el estado de Puebla la Secretaria de Salud no se tiene registrado ningún caso de violencia obstétrica. Esto puede deberse a falta de sistematización de este tipo de casos, a la ausencia de denuncia o, en su defecto, a la aparentemente perfecta, e improbable, labor de los médicos.
Es por ello que se hace imprescindible legislar al respecto, especialmente para tener una definición jurídica que permita fortalecer la política pública preventiva en materia de información de las pacientes y capacitación para el personal de salud del sector público y privado. (Cristina Ramos Rodríguez)



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